Horario de Sueño para 5 años y 9 meses

Sí, es completamente normal y esperable que un niño de casi 6 años haya abandonado la siesta. La mayoría de los niños dejan de hacer siestas entre los 3 y los 5 años, aunque algunos pueden extenderla ocasionalmente hasta los 6. Si su hijo duerme entre 10 y 11 horas de manera consistente por la noche, se despierta descansado y no muestra signos significativos de fatiga o irritabilidad excesiva durante el día, entonces es una señal clara de que ya no necesita una siesta. En lugar de forzarla, puede ofrecer un 'tiempo de descanso tranquilo' en su habitación para que recargue energías.

A esta edad, es común que los niños se resistan a la siesta, incluso si la necesitan. Si observa signos de cansancio (bostezos, frotarse los ojos, irritabilidad, dificultad para concentrarse), pero rechaza dormir, puede implementar un 'tiempo de descanso tranquilo'. Esto implica que su hijo pase 30 a 60 minutos en su habitación leyendo libros, jugando silenciosamente con puzzles o juguetes de construcción, o simplemente relajándose, sin pantallas. No es una siesta obligatoria, sino un período de calma que le permite desconectar y recargar. A menudo, si están realmente cansados, se quedarán dormidos. Asegúrese también de que su horario de sueño nocturno sea consistente y suficiente.

Sí, a esta edad, una siesta puede interferir significativamente con el sueño nocturno. Si su hijo de 5 años y 9 meses hace una siesta, incluso una corta, podría reducir la 'presión de sueño' necesaria para conciliar el sueño fácilmente por la noche. Esto puede llevar a que le cueste más tiempo dormirse, se acueste más tarde de lo habitual o incluso tenga despertares nocturnos. Si nota estos problemas, es una señal de que la siesta, incluso si es ocasional, ya no es beneficiosa y lo mejor sería eliminarla por completo, asegurándose de adelantar un poco la hora de acostarse por la noche.

Si su hijo de casi 6 años todavía necesita una siesta, lo ideal es que sea muy corta y temprana para minimizar el impacto en el sueño nocturno. Una siesta de entre 30 y 45 minutos suele ser suficiente para recargar energías a esta edad. Es crucial que la siesta termine antes de las 14:00 o 14:30. Si la siesta es más larga o se prolonga más tarde en la tarde, es casi seguro que dificultará la conciliación del sueño por la noche y retrasará su hora de acostarse. Si tienden a dormir más, despierte suavemente a su hijo después de un máximo de 45 minutos.

Hay varias señales claras de que su hijo está listo para dejar la siesta: 1) Resistencia constante a dormirse durante la siesta, incluso si está en su cama tranquilo. 2) No muestra signos de cansancio excesivo o irritabilidad durante el día, incluso sin siesta. 3) La siesta, incluso corta, hace que le cueste mucho dormirse por la noche o retrasa su hora de acostarse significativamente (más allá de las 20:00-21:00). 4) Duerme consistentemente las 10-11 horas recomendadas por la noche sin problemas si no hace siesta. Para la transición, elimine la siesta y ofrezca un 'tiempo de descanso tranquilo' en su lugar. Además, considere adelantar la hora de acostarse por la noche en 30-60 minutos durante un tiempo para compensar la energía extra gastada durante el día.