Horario de Sueño para 14 meses

La mayoría de los bebés de 14 meses están en plena transición de dos siestas a una siesta al día, o ya la han completado. Es muy común que a esta edad empiecen a rechazar la segunda siesta, a que les cueste mucho quedarse dormidos en una de ellas, o que una siesta se alargue tanto que interfiera con la otra o con la hora de acostarse por la noche. Si notas estos signos, tu bebé probablemente está listo para una sola siesta. Esta transición suele ocurrir entre los 12 y 18 meses. Observa a tu hijo: si se adapta bien a ventanas de vigilia más largas y su estado de ánimo se mantiene estable, una siesta podría ser suficiente.

Una vez que tu hijo hace una sola siesta, esta debería ser más larga y reparadora. Idealmente, una siesta de un niño de 14 meses que ya no hace dos, debería durar entre 1.5 y 3 horas. En cuanto al horario, el mejor momento para programarla es generalmente en la mitad del día, después de una ventana de vigilia de aproximadamente 5 a 6 horas desde que se despertó por la mañana. Esto suele ser entre las 12:00 PM y la 1:30 PM. Este horario permite que el bebé esté lo suficientemente cansado para dormir bien, pero no tan tarde como para interferir con el sueño nocturno.

Sí, es completamente normal que los bebés de 14 meses pasen por fases de 'huelga de siesta' o se nieguen a dormir. Esto puede deberse a varias razones: puede que esté en plena transición de dos a una siesta y esté confundido, un hito de desarrollo (como aprender a caminar o hablar) que les hace querer practicar, cambios en su entorno o rutina, o incluso que esté 'demasiado cansado' (sobreestimulado) o 'no lo suficientemente cansado'. Mantén la rutina de la siesta constante. Si se niega a dormir, ofrécele un 'tiempo tranquilo' en su cuna o habitación oscura. Asegúrate de que su horario sea apropiado para su edad y de que no esté ni demasiado cansado ni demasiado poco antes de la siesta.

Para que la siesta no afecte el sueño nocturno, el timing y la duración son clave. Asegúrate de que la siesta no sea demasiado tarde en el día, dejando un período de 'ventana de vigilia' adecuado antes de la hora de acostarse por la noche (generalmente entre 4 y 5 horas). Si la siesta termina demasiado tarde, el cuerpo de tu bebé puede no estar listo para dormir por la noche. Del mismo modo, aunque una siesta es importante, una siesta excesivamente larga (más de 3 horas) en esta edad podría restar horas de sueño nocturno en algunos niños. Observa cómo duerme tu hijo por la noche y ajusta la siesta si es necesario.

Las siestas cortas pueden ser frustrantes. Si tu hijo se despierta irritable, es probable que no haya recibido suficiente descanso. Primero, evalúa el entorno de la siesta: ¿está lo suficientemente oscuro, silencioso y a una temperatura adecuada? Asegúrate de que la ventana de vigilia antes de la siesta sea la correcta; si el bebé está demasiado cansado o no lo suficiente, la siesta puede ser corta. Si se despierta antes de tiempo, puedes intentar 'rescatar' la siesta entrando rápidamente para ayudarle a volver a dormirse (a veces los bebés solo necesitan ayuda para conectar ciclos de sueño). Si esto no funciona consistentemente, es mejor adelantar la hora de dormir por la noche para evitar que se ponga demasiado irritable o cansado.