Horario de Sueño para 18 meses

La mayoría de los niños de 18 meses ya han hecho la transición a una sola siesta diaria. Es poco común que a esta edad aún necesiten dos siestas. Si su hijo todavía toma dos, observe si la siesta de la mañana es muy corta o si la siesta de la tarde interfiere con la hora de acostarse por la noche. Un signo claro para hacer la transición es cuando su hijo empieza a resistirse persistentemente a una de las siestas o si una de ellas se acorta drásticamente.

Una siesta saludable para un niño de 18 meses suele durar entre 1.5 y 3 horas. Una siesta de menos de 1.5 horas puede indicar que su hijo no está durmiendo lo suficiente durante el día, lo que puede llevarlo a estar irritable o sobrecansado. Si la siesta es consistentemente más corta, intente ajustar el momento para asegurar que no se duerma demasiado temprano o demasiado tarde. Si su hijo duerme más de 3 horas y esto afecta su sueño nocturno, puede considerar despertarlo suavemente para acortar la siesta.

Para la mayoría de los niños de 18 meses, la siesta única se ubica mejor a la mitad del día. Un horario común es que la siesta comience entre las 12:30 PM y las 2:00 PM. El objetivo es tener una ventana de vigilia de aproximadamente 5 a 6 horas antes de la siesta y una ventana similar después, antes de la hora de acostarse por la noche. Esto permite que el niño acumule suficiente presión de sueño para dormir bien durante la siesta, pero también le da tiempo para estar lo suficientemente cansado para la noche.

La resistencia a la siesta es común a esta edad, a menudo debido a hitos de desarrollo o a que no está lo suficientemente cansado o está sobrecansado. Asegúrese de tener una rutina de siesta consistente y relajante (como un cuento o una canción) que se repita cada día. El ambiente debe ser oscuro, fresco y tranquilo. Verifique las ventanas de vigilia; si la siesta es demasiado temprano, puede no estar cansado; si es demasiado tarde, puede estar sobrecansado, lo que dificulta conciliar el sueño. Evite la sobreestimulación antes de la siesta.

Sí, si la siesta de su hijo es demasiado larga o si ocurre muy tarde en el día, puede afectar negativamente su sueño nocturno. Una siesta excesivamente larga puede reducir la presión de sueño necesaria para una buena noche, lo que lleva a un retraso en la hora de acostarse, dificultad para conciliar el sueño por la noche o despertares nocturnos. Si nota problemas con el sueño nocturno, intente acortar la siesta a un máximo de 2.5-3 horas o adelantarla un poco para asegurarse de que haya una ventana de vigilia de al menos 5-6 horas antes de la hora de acostarse.