Horario de Sueño para 5 años y 10 meses (casi 6 años)

A esta edad, muchos niños ya han abandonado por completo las siestas, pero no es inusual que algunos aún se beneficien de un período de descanso o una siesta corta, especialmente si tienen un día muy activo o si sus horas de sueño nocturno son insuficientes. Lo más importante es observar las señales de tu hijo: si se pone irritable, tiene rabietas por la tarde o se queda dormido en el coche, es una señal de que aún podría necesitar un tiempo de descanso. Si no duerme siestas, es crucial asegurarse de que duerma lo suficiente por la noche (normalmente 10-11 horas).

Si tu hijo aún toma siestas, lo ideal es que sean cortas y temprano en la tarde. Una siesta de 30 a 60 minutos es generalmente suficiente para recargar energías sin interferir con el sueño nocturno. Si la siesta es más larga o se toma muy tarde (después de las 2-3 PM), es muy probable que afecte la facilidad para conciliar el sueño por la noche o que retrase la hora de acostarse. Si tu hijo tiende a dormir siestas más largas, considera despertarlo suavemente después de 60 minutos.

Si tu hijo se niega a dormir la siesta pero muestra signos de fatiga, el enfoque es cambiar la "siesta" por un "tiempo de tranquilidad" o "descanso silencioso". En lugar de insistir en que duerma, ofrécele un período de 30 a 60 minutos en su habitación o en un espacio tranquilo donde pueda relajarse con un libro, un rompecabezas, escuchar música suave o jugar tranquilamente sin pantallas. El objetivo no es que duerma, sino que descanse su mente y cuerpo. Esto puede ser suficiente para mejorar su estado de ánimo y evitar el exceso de cansancio.

La señal más clara de que la siesta está afectando el sueño nocturno es si a tu hijo le cuesta mucho conciliar el sueño a su hora habitual, si se queda despierto durante una hora o más en la cama, o si retrasa significativamente la hora de acostarse sin mostrar signos de cansancio. Si esto ocurre de manera consistente, es probable que la siesta sea demasiado larga, demasiado tarde en el día, o que ya no la necesite. Intenta acortar la siesta, adelantarla en el horario o, si el problema persiste, considera eliminarla gradualmente y sustituirla por un "tiempo de tranquilidad".

Sí, es completamente posible. A veces, los niños abandonan las siestas prematuramente o sus necesidades cambian debido a un aumento en la actividad física, un crecimiento acelerado o incluso un cambio en el horario escolar. Si notas que está constantemente cansado, sensible, o tiene más dificultades de comportamiento por la tarde, es una señal de que su cuerpo y mente necesitan más descanso. No tiene que ser una siesta formal, pero reintroducir un "tiempo de tranquilidad" o una siesta corta de 20-30 minutos en un día particularmente activo o cuando muestra signos de fatiga extrema, puede ser muy beneficioso. Asegúrate también de que esté durmiendo las 10-11 horas recomendadas por la noche.